A veces te sientes derrotada y solo puedes tumbarte en la cama con la luz apagada y escuchar música para no pensar en nada. Las lágrimas no se asoman por tus ojos y ojalá lo hicieran por que se llevarían el dolor dejándote vacía pero tranquila . Repites una y otra vez en el móvil esa canción que tantas noches te acompañó, que tantas tardes te salvó de tocar suelo y evitas pensar en nada que pueda hacerte recaer. Pero todo es una espiral oscura de la que cuesta sacar la cabeza.
Pasan semanas y no vuelves a derrumbarte, pero sabes que ahí sigue la oscuridad acechando. Nunca te abandonará por completo. Hace años que se instaló dentro de tu pequeña e inocente mente. Tantas burlas, tantos insultos se gravaron dentro de ti, a veces no sabías si es más cierto lo que ellos te decían o lo que tu veías. Pero acabaste por ver lo que ellos te decían y te despreciaste sin ver lo bonita que era tu sonrisa cuando no la ocultaban las lágrimas. Nunca terminaste de aceptarte en parte por ellos, en parte por tu padre y en parte por ti. Con el tiempo te volviste tímida, retraída y odiabas todo lo que tuviese que ver con centrar la atención de todos sobre ti. Temiendo sus comentarios crueles y sus risas sofocadas. Pero los años pasaron no en balde y empezaste a no sudar y temblar cada vez que te equivocabas en público, nadie se reía cruelmente de ti. Ellos guardaron el hacha de guerra pero tu nunca se lo perdonaste por que aún hoy te persiguen sus sombras.
En esos días, los días oscuros no puedo evitar recordar a gente como Amanda Todd o Ronan y me avergüenzo de mi misma por esconderme del mundo cuando ellos afrontaron sus problemas con valentía, aun que desgraciadamente no tuvieron final feliz. Para todas esas personas que se siente solas en su dolor esta entrada es para vosotras, recordar que hasta la sonrisa más sincera puede ocultar un dolor intenso. Nunca sabemos quien puede estar pasándolo mal, así que nunca dejes de luchar. ¡Long live Ronan!
