Murmullos guardados en un baúl

Aquí de vuelta otra vez :) he de deciros que mi estancia en Londres ha sido mejor imposible, me encanta en si toda la ciudad, (el Big Ben es más impresionante en persona). Por lo demás, los londinenses muy educados y agradables, nada de los estereotipos de los que oí hablar, las calles están muy cuidadas y los parques son increíblemente preciosos. Estuve en un hotel situado en lo que llaman la City, llena de gente con traje y con muchas prisas. Vengo con la idea de una nueva historia que surgió justo en mi visita al Big Ben.

                     Existe belleza que cautive corazón ingenuo



EL viento ruge entre los edificios de piedra mientras contemplo la actividad decreciente de la ciudad.
Camino armado con una cámara en posición de ataque y un brillo misterioso en los ojos, pasa la gente a mi lado sin prestarme atención, mientras yo por el contrario me fijo en cada detalle de su expresión, de su atuendo.
Hace un frío húmedo al lado del Támesis cuando veo la foto perfecta, ahí esta un ángel sin alas pero si con la  sonrisa más dulce que he visto jamás. Mira embobada todo, pudiendo ver el reflejo de la belleza en sus ojos dejo se sentir con mi cuerpo y empiezo a percibir lo que sus agudos sentidos captan  del mundo que comienza a descubrir.
Es como una rosa que se abre poco a poco, que cede al insistente tiempo, desnuda se deja ver, bella se esconde de las caricias de la Luna.
Entonces alza los ojos y clava su infinita belleza en mi rostro enrojecido por el frío. Siento como las baldosas se precipitan por el túnel de Alicia y me dejan junto a un enloquecido sombrerero. Se gira y todo desaparece tras su marcha.
Desesperado corro en su dirección y la vislumbro metros adelante junto a un café pequeño, la gente no me deja avanzar y me limitó a seguir la masa con resignación.
Antes de retirarme comienzo una carta :

- A ti, mi rosa sin nombre, para que florezcas más días de invierno cruel y luzcas hermosa eternamente te dedico de mi puño y letra esta carta con la que espero algún día te encuentres.
Ahí congelada te encuentras, con los ojos inundados por un brillo curioso, con las pupilas dilatadas y una expresión de asombro. Se reflejan en tu sabio rostro las luces del glorioso Big Ben, no se de donde sales, ni quien eres, pero tu eres mi rosa perfecta, tu me guiaste por el túnel y me rescataste del olvido con una sonrisa tan bella. Quiero hacerte inmortal con una foto, pero eres demasiado bella para que la tecnología basta de una cámara capte tu esencia. Danzante melodía baila en mi mente desde que te vi, son las campanas de una boda, llámame loco, pero me has hechizado, eres una rosa mágica, una flecha envenenada que insertaste en mi  retina transladó el veneno a mi desprotegido corazón, con ansias, deseos, enloquecido, espero volver a verte rosa mía