Z se acerca al cadáver con una mueca de asco. La piel blanquecina del muerto contrasta con la sangre escarlata que se desliza hasta el suelo.
-Has cumplido.
-S...si mi señora. Lo he matado- la alegría dilata sus pupilas.
- Enhorabuena, ahora recibirás una recompensación.
El hombre dirigió su mirada a las sensuales cuervas de Z. Con ansias y sintiendo que iba a perder el control, recorrió su cuerpo con los ojos. Su recorrido acabo en los labios rojo pasión de Z.
Ella se acercó con suavidad felina, como una leona apunto de saltar, levantó un dedo y acarició su hombro,el hombre se tensó.
- Coge tus cosas y vete. No me vuelvas a llamar hasta que cumplas- sus ojos negros lo atravesaron con dureza - no es este hombre.
-Mi señora yo...
Z cogió el cigarrillo que descansaba en los dedos del hombre y lo presionó contra su mejilla.
Cuando el hombe no lo resistió más y comenzó a aullar Z estalló en carcajadas. Cansada de reír lo dejó caer. El cigarrillo se apago al caer sobre un charco de sangre.
!Puaj! estuvo a punto de soltar. El hombre horrorizado salió corriendo hacía su coche. Cuando las ruedas chirriaron y su oscura presencia desapareció entre el trafico Z bajó la guardia.
Mientras cargaba el cadáver dentro de su coche las lágrimas empezaron a nublarle la vista.
