sábado, 3 de marzo de 2012

Érase una vez...

owls

...Unas hermanas que mientras su padre cortaba troncos en el bosque contaban historias de un cuaderno secreto.
El día lo pasaban en la casa de su tía, una mujer gruñona y de pocas palabras.
Su madre trabajaba en la lejana ciudad. Ambas aspiraban a que un día ella las recogiese en aquel extraño artefacto de metal y ruedas de goma para recorrer la ciudad y aspirar el aire de la libertad.
Alicia es castaña y alta, la mayor. Elisa es de pelo negro y sonrisa tímida.
El olor a cuero y a rocío inunda el claro donde las dos hermanas empiezan la historia hoy.

"-El hombre no es si no un esclavo de su ambición.
-¿Qué dices niña? El hombre es el poder de los poderes, el alma que mantiene en pie este mundo. - el  señor molesto por la mirada fría de la niña abandonó a  prisa la pequeña tienda.
-¿Mamá es verdad lo que este ignorante hombre dijo?
-Por supuesto Mikaela. La verdad sale de los labios de personas como él. Ilustres hombres de ciudad. - dijo la mujer cerrando los ojos.
-¿Y si te dijera que puedo probar lo contrario?
-Te diría que te encerrases en tu cuarto y no volvieses a molestar a otro cliente. El pan no lo trae la palabrería y los malos modales. ¿Cómo una niña tan pequeña puede enfrentarse a un hombre culto y maduro? 
La niña sin decir palabra alguna se encerró en su cuarto y no volvió a molestar a otro cliente,. Nunca más hablaría ."


Alzaron los ojos al unísono y empezaron a pensar sobre lo que habían leído.Como cada tarde de verano en las que se podían librar de su tía.


-¿Alicia te pasa algo?
-¿Eh? -Alicia acababa de pestañear confusa y miraba las solapas del libro que sostenía su hermana.
-¿Elisa donde encontraste el libro?
-¿Yo? Pensé que lo habías traído tu.
-¿Entonces...?

El libro vibró en manos de Elisa y empezó a pasar  sus hojas como si el viento lo azotase furioso.Al terminar ambas pudieron comprobar que sus páginas estaban vacías.

-¡Alicia, Elisa venir aquí!-gritó su tía desde la ventana del caserío.